Pocos saben que Teodoro Petkoff tuvo la osadía de montarse en un velero para cruzar un océano. Aunque todos conocen su disposición a la aventura, sobre todo en la política. Los que lo conocieron deben tener en la memoria aquel intrincado escape del que fue protagonista.

El diario de a bordo de un marinero improvisado fue el punto de partida para Oscar Hernández Bernalette. Esta bitácora y su propio deseo de experimentar los elementos en la soledad oceánica. Ese es el hilo que une ambas historias, que el diplomático bien supo entretejer en Cuando Petkoff navegó el Atlántico.

El libro fue bautizado en la librería El Buscón el 11 de junio. Es una publicación de Sergio Dahbar y se imprimió con la última bobina de papel que le quedaba al diario Tal Cual, creación del político y donde laboró hasta los últimos días de su vida.

Hernández Bernalette es diplomático de carrera y profesor invitado en universidades prestigiosas como la de El Cairo, en Egipto, Jorge Tadeo Lozano de Bogotá y Central de Venezuela. Ha escrito varios libros sobre la materia, pero esta vez usa la narrativa para algo más personal, contar su propia aventura como velerista mientras explora y presenta los retos que debió vencer Petkoff ya no como político, sino como hombre de mar improvisado.

Francisco Suniaga escribe en el prólogo: “Como se desprende de estas páginas escritas en un tono íntimo y en una circunstancia muy especial, siempre sintió la necesidad de probarse a sí mismo, de asumir retos”.

Es una historia íntima que presenta un lado novedoso de un personaje fundamental para entender la historia contemporánea venezolana, contada con sensibilidad y vista a través de los ojos de un diplomático, pero sobre todo un venezolano con profundas raíces en el país.


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