Representantes de organizaciones de derechos humanos de América Latina coincidieron en un conversatorio en Montevideo en la necesidad de acabar con la impunidad que rodea a los crímenes cometidos durante las dictaduras militares y las desapariciones sin aclarar.

Así lo explicó a Efe Pablo Cala, integrante de la fundación colombiana Hasta Encontrarlos, que participó en esta actividad, denominada «Situación de la desaparición forzada en Argentina, Colombia y Uruguay. Retos en la búsqueda de los desaparecidos».

El evento tuvo lugar en el Centro Cultural de España en Montevideo y contó con la participación de esa fundación colombiana, así como del argentino Eduardo Nachman, integrante de H.I.J.O.S. de Mar del Plata, y de Elena Zaffaroni, integrante de Madres y Familiares de Detenidos y Desaparecidos de Uruguay.

«Lo que estamos buscando es sensibilizarnos, no solamente sensibilizar a otros, sobre la urgente necesidad que tenemos de solidaridad entre los pueblos para buscar a nuestros desaparecidos forzados en cada uno de los lugares», sostuvo Cala.

Aunque cada país tiene realidades distintas, el activista colombiano aseguró que, por más que cambian algunos elementos de contexto, los patrones de agresión son muy similares.

En Colombia, por ejemplo, Cala detalló que la cifra de desaparecidos asciende a 60.000 personas en los últimos cuarenta años.

La fundación Hasta Encontrarlos trabaja en conjunto con 33 familias de desaparecidos, entre las que se encuentran tres de tupamaros uruguayos que desaparecieron en Colombia.

«La búsqueda de los desaparecidos no puede ser solamente una tarea de las familias, sino también de la sociedad en su conjunto», apuntó Cala y agregó que el derecho a la verdad no involucra solamente a los familiares y a las víctimas, sino a toda la sociedad.

En el caso de Uruguay, donde permanecen casi 200 personas desaparecidas en el marco de la dictadura cívico-militar (1973-1985), Cala aseguró que el país ha conseguido algo «muy importante», que consiste en poder «nombrar uno a uno» a la mayoría de los desaparecidos.

«Eso es muy relevante porque no podemos perder el horizonte de a quién buscamos», añadió y apuntó que «no fueron desaparecidos por algo malo, sino porque estaban sintiendo y pensando diferente. Y eso molesta. Molesta hoy, molestó ayer y hoy puede también repetirse este tipo de prácticas si no refrescamos la memoria a las nuevas generaciones».

Nachman, en tanto, sostuvo que Argentina ha vivido un retroceso en los últimos meses en relación a las causas que investigan los crímenes de lesa humanidad, período que coincide, según el activista, con la asunción de Mauricio Macri y una arremetida de la derecha.

En este sentido, explicó que en ese país suramericano se ha intentado imponer el «dos por uno», es decir, que las condenas a los genocidas se reduzcan a la mitad.

«La tendencia sigue y están dando una libertad encubierta a muchos, dándoles prisión domiciliaria a muchos genocidas condenados», aseguró.

En el marco de este conversatorio también se proyectó el documental realizado por Nachman, Gregorio por Nachman, largometraje que narra la vida del padre del activista, secuestrado en 1976 en Argentina.


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