El Congreso de Estados Unidos aprobó definitivamente la reforma fiscal impulsada por el presidente, Donald Trump, después de que un error de procedimiento obligó este martes a hacer una modificación de última hora antes de ser aprobada por el Senado.
Tras los cambios requeridos y el voto posterior de la Cámara Alta –51 a favor y 48 en contra–, la Cámara de Representantes volvió a votar ayer como un mero trámite con 224 votos a favor (todos republicanos) y 201 en contra (los demócratas más 12 votos conservadores).
Así, los republicanos han culminado el mayor recorte fiscal en décadas. La reforma tributaria es la primera gran bajada impositiva desde 1986 y la primera gran victoria legislativa del magnate desde que llegó a la Casa Blanca.
Trump se congratuló por la aprobación de su tan ansiada reforma fiscal y aseguró que esta será como echar combustible de cohetes a los motores de la economía.
“Les prometí a los estadounidenses un recorte de impuestos grande y hermoso para Navidad. Con la aprobación final de esta legislación, eso es exactamente lo que están obteniendo”, dijo el mandatario, y agradeció a los legisladores la aprobación del proyecto que, según él, es una victoria para los estadounidenses.
La reforma estipula importantes recortes tributarios y podría rápidamente chocar contra el muro de la deuda. La medida prevé la reducción de unos 1,5 millardos de dólares de la carga fiscal que pesa sobre la economía estadounidense, lo que, según sus promotores, hará aumentar la productividad y la creación de empleos. Pero las precedentes reformas fiscales en el país llevaron a menudo a un fuerte aumento de la deuda, que obligó en los años siguientes a elevar de nuevo los impuestos.