La palabra rotación en el beisbol cobra sentido cuando la secuencia de abridores vuelve a su punto de partida. Eso, tradicionalmente, es emocionante, pues le vuelve a tocar el turno a los ases. Así ocurrirá este jueves, en el quinto juego de la gran final, en el Alfonso “Chico” Carrasquel de Puerto La Cruz.

Se subirán al morrito Daryl Thompson y Junior Guerra por Caribes de Anzoátegui y Cardenales de Lara, respectivamente. Ambos comenzaron la serie en un cerrado duelo en Barquisimeto, el sábado. Estuvieron al menos 5.0 innings en el medio del diamante.

No es la primera final para Thompson, quien ya ha jugado tres, siempre con la tribu. En la instancia acumula 19.1 capítulos y solo ha aceptado dos carreras limpias. Desde los albores de la ronda regular ha sido el pilar de la rotación de los aborígenes.

Guerra, aunque no posee unos amplios antecedentes en finales, vive un buen enero. Entre los playoffs y el primer juego de la final ha aislado 5 anotaciones merecidas en 23.1 episodios, para una efectividad de 1.95. De por vida en el Chico, el derecho tiene 27.0 actos de labor y 10 carreras toleradas.


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